Ajuca
Ni faldas a cuadros ni gaitas que valgan (dicho esto con doble sentido). ¿Que para elaborar whisky hay que tener raíces de las Highlands y la benéfica semipresencia del escurridizo dinosaurio que se oculta en el Lago Ness? Pues no. Hubo otros fenómenos visionarios lejos de Speyside, cuna escocesa del malta. Otros quijotes que brindaron por una utopía. Como Nicomedes García Gómez. Porque lo suyo fue un delirio, una insensatez humana y económica contra natura: montar una destilería en Palazuelos de Eresma, Segovia, para exprimir whisky (español) de la cebada, trastocar la ley para poder hacerlo y competir con un rival que usa kilt y es sinónimo de alcohol de calidad (Escocia importaba a España 50.000 cajas anuales). Tamaña fantasía acaba de cumplir 50 años.
Medio siglo después, la temeridad se escribe con acrónimo: DYC (Destilerías y Crianza). Un libro escrito por Fernando Montañés, periodista especializado en marketing y profesor de Publicidad en las universidades Antonio de Nebrija y Autónoma de Madrid, conmemora y honra la feliz efeméride. La obra que ha puesto en marcha la máquina del tiempo ha sido prologada por el experto Dominic Roskrow ¡Un escocés!
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