El pasado 8 de marzo, la tierra se movió en Casas de Millán. Fue a las
15.47 horas y tuvo una magnitud de 1,7 en la escala de Richter, según
los datos recopilados por el Instituto Geográfico Nacional. Tres días
después sucedió algo parecido en la localidad portuguesa de Crato, cerca
de la frontera extremeña, en concreto a unos cincuenta kilómetros de
Jola, en la comarca de Alcántara. Sucedió a las 00.43 horas y su
magnitud fue de 1.6 en la escala de Richter. Y el pasado viernes, día
18, en Cañaveral, a las 12.18 horas y con una intensidad de 1.7. Aunque la recopilación de datos puede resultar llamativa, no hay motivo
alguno para la preocupación. «Los movimientos de esa magnitud son muy
normales, y aunque pueden tener un origen natural, también hay que tener
en cuenta que los sistemas de medición son tan sensibles que recogen
incluso las voladuras de terreno que se hacen en algunas obras públicas,
por ejemplo»
Más información en el diario Hoy.

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