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En octubre de 2018, los astrónomos presenciaron uno de esos eventos al observar un agujero negro en una galaxia ubicada a 665 millones de años luz de distancia de la Tierra que fagocitaba una pequeña estrella cuando se acercó al agujero negro.
¿De dónde proviene este brillo?
El equipo, que publica sus resultados en la revista The Astrophysical Jorunal, concluye que el agujero negro está expulsando material que viaja a la mitad de la velocidad de la luz, pero no están seguros de por qué la salida se ha retrasado varios años.
Leer más: Un agujero negro está 'vomitando' la estrella que se tragó años atrás Escribir un comentario
El sueño de viajar a otro sistema estelar por primera vez en la historia está hoy más cerca que nunca: investigadores de la Iniciativa Breakthrough Starshot han encontrado la manera de construir una nave espacial capaz de viajar a una quinta parte de la velocidad de la luz para llegar a Alfa Centauri en solo 20 años.
Su descubrimiento significa que muchos de los que estamos leyendo ahora estas líneas podríamos llegar a ver cómo la humanidad llega a otro sistema solar antes del final de nuestras vidas. Ése es precisamente el objetivo de esta iniciativa: conseguir que la humanidad pueda explorar una estrella en un tiempo razonable en vez de emplear los miles de años que se necesitarían con los actuales motores químicos y la asistencia de la gravedad de los planetas de nuestros sistema..
Cómo funciona
Para conseguirlo, Starshot debe conseguir el viaje estelar a velocidades relativistas. Es decir, a un porcentaje razonable de la velocidad de la luz. Y hacerlo con tecnología posible actualmente, no con motores de iones ni teóricos ‘warp drives’ imposibles en estos momentos.
Los motores de iones no podrían llegar a la velocidad de esta vela espacial con la tecnología actual y no lo harán en décadas
La NASA ha publicado un inquietante clip de audio de ondas de sonido saliendo de un agujero negro supermasivo a 250 millones de años luz de distancia. El agujero negro está en el corazón del cúmulo de galaxias de Perseo, y las ondas acústicas que emite se han transpuesto 57 y 58 octavas hacia arriba para que los humanos las puedan escuchar. Es la primera vez que estas ondas sonoras se extraen y se hacen audibles. Las ondas contienen la nota más baja jamás detectada por humanos en el Universo, muy por debajo de los límites del oído humano.
El telescopio espacial Hubble ha observado un agujero negro en el corazón de la galaxia enana Henize 2-10 está creando estrellas en lugar de engullirlas.
Aparentemente, el agujero negro está contribuyendo a la tormenta de fuego de la formación de nuevas estrellas que tiene lugar en la galaxia. «Hace diez años, cuando era estudiante de posgrado y pensaba que dedicaría su carrera a la formación de estrellas, miré los datos de Henize 2-10 y todo cambió», dijo en un comunicado Amy Reines, quien publicó la primera evidencia de un agujero negro en la galaxia. «Desde el principio supe que algo inusual y especial estaba sucediendo en Henize 2-10, y ahora el Hubble ha proporcionado una imagen muy clara de la conexión entre el agujero negro y una región vecina de formación estelar ubicada a 230 años luz del agujero negro», dijo Reinés.
A pesar de su enorme tamaño y de ser las estrellas más grandes —ojo, en lo que a volumen se refiere, no así en brillo ni masa—, los astrónomos no conocen aún del todo un dato fundamental sobre las estrellas supergigantes rojas: cómo mueren. Se sabe que antes de apagarse algunos astros experimentan violentas erupciones o liberan capas calientes de gas, pero en el caso de gigantes como la famosa Betelgeuse creían que su desaparición era más tranquila y menos dramática. Hasta ahora todas las que habían observado estaban más o menos inactivas antes de explotar. No parecían tener erupciones violentas ni tampoco emisiones luminosas. Eso creían, al menos. Hasta ahora. 130 días observando un ocaso y un nacimiento.
La imagen más grande del Telescopio Espacial Hubble de la NASA jamás reunida, esta vista panorámica de una porción de la galaxia de Andrómeda es la imagen compuesta de gran tamaño más nítida jamás tomada de nuestro vecino galáctico de al lado. Aunque la galaxia está a más de 2 millones de años luz de distancia, el telescopio espacial Hubble es lo suficientemente poderoso como para resolver estrellas individuales en un tramo de 61.000 años luz de largo del disco en forma de panqueque de la galaxia. Es como fotografiar una playa y resolver granos de arena individuales. Y hay muchas estrellas en esta amplia vista: más de 100 millones, algunas de ellas en miles de cúmulos de estrellas incrustados en el disco.
En la región de Goldfields–Esperance, en Australia, se vivió una auténtica fiebre del oro en el siglo XIX. Allí se extrajeron grandes cantidades de este mineral.
Casi dos siglos después, en pleno siglo XXI buscadores de tesoros armados con detectores de metal, aún rastrean la zona en busca de alguna pepita olvidada.

Los astrónomos han sido testigos de una etapa clave en el nacimiento de una estrella muy pesada, utilizando dos vistas de radiotelescopios del proceso tomadas con 18 años de diferencia.
La joven estrella está a 4.200 años luz de la Tierra y parece estar rodeada por una nube de polvo en forma de rosquilla.
Esa nube ralentiza el viento caliente e ionizado que la estrella lanza al espacio, lo que hace que forme una columna alargada perpendicular al anillo polvoriento.
Nuevos análisis químicos indican que la piedra llamada Hypatia del desierto egipcio podría ser la primera evidencia tangible encontrada en la Tierra de una explosión de supernova tipo Ia. El colapso habría ocurrido dentro de una gigantesca nube de polvo, también llamada nebulosa. En algún momento, la enana blanca «hambrienta» explotó como una supernova tipo Ia dentro de la nube de polvo. Después de enfriarse, los átomos de gas que quedaron de la supernova Ia comenzaron a adherirse a las partículas de la nube de polvo.
El cosmos podría funcionar como un inmenso Ying Yang.
Suena místico, sin embargo realmente es una buena forma de comprender cómo es la interacción entre los célebres agujeros negros y, sus hermanos menos conocidos, los agujeros blancos.